miércoles, 29 de julio de 2009

VIVIR SIN MIEDO

          Hola me llamo Teresa!, vivo en Genesaret, una ciudad muy grande de Galilea, gobernada por los romanos. En mi casa siempre hemos sido bastante religiosos y como ahora además  no podemos ir a la sinagoga, y se nos suele tener muy vigilados, mi abuela, todos los días antes de acostarnos, nos lee un texto de las Escrituras. Además, por la tarde suele venir a mi casa mucha gente, uno de por aquí, que conocemos porque son vecinos nuestros, y otros que en mi vida había visto, pero da igual, porque todos nos acabamos  conociendo y tratando como en familia, ¡incluso entre nosotros nos llamamos hermanos!

El otro día, le pregunté a mi madre: ¿Cómo es que nos llamamos así? Porque estaba claro que, además de que tenemos diferentes padres, la verdad es que no nos parecemos en nada. Mi madre me dijo: No es que seamos hermanos de carne, sino que somos hermanos en la fe, porque creemos en el mismo Dios, que es nuestro Padre, y somos todos hermanos de un tal Jesús al que muchos llaman Cristo, que los romanos han sacrificado hace poco; según mi madre, porque decía ser hijo de Dios, y decía muchas verdades, de las cuales muchas ya estaban anunciadas en las Escrituras.

Yo tengo muchas veces miedo de que toda esa gente venga todavía a mi casa, a reunirse y a rezar con la Escritura, porque en cualquier momento podrían a parecer los romanos a castigarnos a nosotros, y crucificarnos como a Jesús. Aun así, ¡ellos se reúnen y siguen viniendo! ¡Qué valientes! Y no solamente es eso, sino que además cuando se reúnen, ¡cantan e incluso ríen! Pero mi padre el otro día, al verme tan asustada, me dijo que no pasaba nada porque precisamente Jesús, al morir, nos dejó  una misión que es la de proclamar la verdad, el Evangelio, la conversión y la salvación, sin miedo.

La verdad es que me quedé pensándolo unos cuanto días. ¿De dónde sacarían los mayores, incluso los abuelitos, tanta fuerza y valor par seguir cumpliendo una misión tan arriesgada? Mi madre me dijo que la fuerza nos la da el Espíritu Santo.

Aun así yo sigo teniendo un poco de miedo, y le dije a mi abuela que para eso también nos podríamos reunir cada uno en su casa con su familia, porque así también hacemos lo mismo, y además así llamábamos menos la atención para que los romanos no sospecharan. Pero mi abuela me respondió  que, precisamente, lo tenemos que hacer es manifestarnos para que todo el mundo, incluso los que están lejos, se enteren de la verdad, y para conseguirlo debemos seguir el ejemplo de dos secretos que nos reveló Jesús antes de irse: permanecer unidos, queriéndonos mucho.

Incluso ¡nos dijo que quisiéramos a los romanos! ¡Eso sí que lo veo difícil!  ¡Sin embargo, mis padres no lo deben ver muy difícil! ¡Porque le abren la puerta a todo el que llama!  El otro día por la tarde, cuando estábamos todos reunidos, ¡llamó un romano a la puerta! Yo me quedé aterrada. Pensé ¡que ya venían a por nosotros! Y le dije a mi hermana, que estaba a mi lado: ¿Lo ves?  ¡Ya te lo dije! ¡Nos han pillado!

Mi  padre se acercó a él. Estuvieron un rato hablando y poco después, se abrazaron, se dieron la paz y se unió a todos nosotros. Ultimamente viene todos los días. ¡Ya no le tengo miedo!

El otro día, cuando me levanté noté un ambiente un poco raro: Todo el mundo corría de un lado parar otro chillando por aquí, chillando por allá; era mi madre que se había encarcelado en la cocina con las vecinas, y gritaba constantemente:
- ¡Isabel, pásame la pimienta!; ¡Sara, acércame los dátiles!
- ¡Ya no quedan , mamá!
-   ¿Qué ya no quedan? Toma tres denarios y compra cuatro docenas

         Mi padre, entre tanto, se había ido con Jeremías a pescar. En resumen, el barrio entero parecía un avispero. Mi abuela, antes de salir corriendo como los demás, me dijo que el discípulo Bernabé llegaría esta tarde para compartir con nosotros la Palabra, después iba a venir a cenar a nuestra casa. Me ha contado que los discípulos van de pueblo en pueblo  y de ciudad en ciudad proclamando la Palabra, incluso me ha dicho que en algunos pueblos ¡han hecho milagros!

Y es verdad, porque hace poco llegó un hombre que decía que hace unos años era leproso, pero que un discípulo de Jesús le curó. Muchos como éste ya han pasado por mi casa, y están tan contentos que no hacen más que contárselo al primero que ven.

Creo que ya sé lo que significa ser cristiano y formar parte de una comunidad  cristiana: Vivir sin miedo, contentos cada día con lo que Dios  nos da, compartiéndolo todo con los demás, y como dicen en casa: En esto reconocerán que somos discípulos de Jesús.

martes, 28 de julio de 2009

TARDE TE AMÉ

¡Tarde te amé, belleza infinita tarde te amé,
Tarde te ame belleza siempre antigua y siempre nueva!Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo estaba fuera,
así te buscaba mirando la belleza de lo creado.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.Señor tu me llamaste, tu voz a mi llegó,
curando mi sordera con tu luz brillaste
cambiando mi ceguera en un resplandor,
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.Tu estabas conmigo, mas yo buscaba fuera y no te encontraba,
era un prisionero de tus criaturas, lejos de Ti.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.Hasta mí, ha llegado el aroma de tu gracia, por fin respiré,
Señor yo te he buscado, siento hambre y sed, ansío tu paz.
¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te ame,
tarde te ame, belleza siempre antigua y siempre nueva!.

viernes, 27 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (EJERCICIOS ESPIRITUALES)

EJERCICIOS ESPIRITUALES

Los Ejercicios Espirituales son un tiempo de paz, de encuentro con el Señor, de silencio interior; el silencio tiene razón de ser por respetar el tiempo de la otra persona pues el ritmo del camino es muy personal.

ORIENTACIONES PARA LA ORACIÓN

  •  En el comienzo nos pregunta Jesús: “¿Qué buscáis?”;
    es preciso saber perder el tiempo para estar con el Señor y “¿Qué quieres que haga por ti?”
  •  Dar gracias junto con Jesús por tanto bien recibido, por el don de la vida; pedir al Señor la gracia de vivir la vida con serenidad y paz y dejar que entre la gente en la oración: personas concretas, situaciones vividas. Dios sólo pide aquello para lo que capacita.[1]
  • Lo que no rompe es apropiarnos del don; pedir al Señor la gracia de reconocer que nuestra tendencia es apropiarnos del don; cuando me apropio del don dejo de generar misericordia y viene el orgullo, el engreimiento y el desprecio a las criaturas, dejo de ser agradecido, se rompe el plan de Dios y la fraternidad. El pecado es desenfocar la vida; le pedimos al Señor que nos reubique en nuestro ser de criaturas, que nos conceda una mirada limpia. El pecado no lo encontramos por pura introspección, ni mirando al mundo desde fuera, como un espectador. Los lamentos son inútiles, la misericordia sólo se descubre poniendo los ojos en el Señor Jesús porque la mirada del Señor siempre es misericordiosa.[2]
  • El Señor invita a seguirle para que, junto con Él, nos metamos en el mundo roto para ser portadores de Buena Noticia. Pedir la gracia de no ser sordas a su invitación. Jesús nos invita a meternos entre el mundo viviéndonos como criaturas entre las criaturas. La invitación nos dinamiza, nos sitúa en este mundo concreto como mujeres portadoras de Buena Noticia. Sólo cuando nos vivimos como criatura entre las criaturas  y le decimos sí al Señor desde la vulnerabilidad y la debilidad podemos llevar la Buena Noticia y transparentar la misericordia del Señor y su ternura.[3]
  • Acompañar al Señor poniendo los ojos fijos en Él, contemplar cómo se sitúa en la vida, se siente impulsado a predicar el Reino y curar dolencias. Jesús hace el anuncio del Reino en este mundo roto y por eso pasa también Él por la prueba que el mundo le hace en su modo de ubicarse en su vida y en la misión.[4]
  • Acompañar a Jesús que actúa en los caminos de Galilea y contemplar lo que dice, lo que hace, cómo lo hace, etc. Los milagros que realiza Jesús son todos signos del Reino, actos de poder de Jesús, prácticas de sanación que regeneran la dignidad de las criaturas. Esa es la libertad de Jesús, aliviar a la gente que sufre, cuando la criatura necesita.[5]
  • Jesús vive su misión desde la compasión, se retira a orar y de esa oración vuelve con entrañas aún más compasivas para aliviar a las criaturas. Le preguntamos a Jesús desde qué Dios se vive, a qué Dios invoca para implicarse compasivamente.[6]
  • Es importante retomar los momentos donde he encontrado consolación, es importante caminar humildemente por la vida.[7]
  • Todo el vivir de Jesús es amor hasta el extremo. Al acercarnos a contemplar la Pasión no la podemos separar de su vida, pues Jesús va a la muerte por amor.[8]
  • Jesús pasó haciendo el bien y entregó su vida hasta el final, una vez Resucitado hemos de alegrarnos con su alegría, para eso hay que quererle mucho con mucha gratuidad en la relación. Creer de verdad el sí de Dios, la Resurrección, tiene consecuencias en la vida cotidiana.[9]

ORIENTACIONES PARA LA VIDA COTIDIANA

Cuando la realidad se presenta desolada, discernir es examinar mis perezas; la realidad nos pone a prueba, nos tienta en nuestro seguimiento del Señor en nuestras motivaciones. Hemos entrado en la Vida Religiosa para intentar que el otro sea más feliz, queremos poner nuestra vida al servicio de las criaturas y la felicidad propia viene por añadidura. San Ignacio convierte la desolación en oportunidad del Espíritu Santo, en tiempo de gracia porque la realidad pone a prueba por qué estamos en el servicio. Agradecer el don y pedir fortaleza en la desolación.
Aunque la realidad rota nos produzca tristeza, nos podemos mudar contra la desolación. El riesgo es creer que hay dos realidades con la misma fuerza, es preciso no dejarse arrastrar por el derrotismo y tampoco simplificar, aunque la realidad es compleja, pues, cuando se percibe la realidad desolada, lo más fácil es simplificar el análisis de lo que pasa y buscar un culpable. Es preciso examinar lo que acontece y orar por ello mirándolo con los ojos de Jesús. Cuando examinamos lo que ocurre y lo oramos, se nos ocurren cosas que llevan consigo más penitencia y abnegación que quedarse lamentándose.
Poner los ojos fijos es contemplar cómo Jesús se sitúa en la vida. Inconscientemente Jesús se convierte en un modelo a imitar, el Evangelio no es un moral de comportamiento, no es medirse con la imagen ideal. El Evangelio es para vivirlo y disfrutarlo, Jesús es el Hijo de Dios vivo, la misericordia de Dios que convoca desde lo que soy cuenta con lo que soy. Es fundamental el “Ven conmigo” en el seguimiento, Él cuenta con lo que cada uno somos y contagiarse de sus sentimientos para hacerlo con Él y a su manera.
Contemplar es no precipitarse sobre el relato evangélico, no darlo por sabido, por eso es preciso entrar en la Palabra con reverencia para que el Señor pueda hablarme, pues si nos precipitamos no dejamos a Jesús que me exprese quién es Dios ni quien es ser hombre o mujer. También es disposición del corazón de orar con mucha humildad, pidiendo que el Señor me configure. Cuando contemplo la naturaleza me dejo conmover por ella y no pienso si hubiera podido ser el creador, sin embargo, cuando contemplamos a Jesús con frecuencia nos preguntamos y nos decimos que no somos capaces. Contemplar el pedirle al Señor que nos contagie y nos configure, es fiarse de la capacidad que tiene Jesús de conmovernos por dentro.
El criterio más fecundo en el discernimiento, junto con la acción de gracias es que en todas las etapas de la vida, todos tenemos temores y miedos, unos comunes y otros de cada uno. San Ignacio invita a enfrentar los temores, ponerlos delante para que no se apoderen. Lo peor es vivir engañado, por eso hay que elaborarlos, para no construir la vida en falso. Es importante también comunicarse, pues el seguimiento del Señor no se hace en solitario y comunicar alivia, serena y pacífica.

[1] Mateo 11,25-30; Lucas 6,46-49; 1 Corintios 10,4.
[2] Deuteronomio 8,7-9,6; Lucas 7,36-50; 18,9-14; Salmo 103.
[3] Lucas 5,1-11; 1,26-56-
[4] Mateo 4,1-11; 5,1-12.
[5] Lucas 7,11-16; 8,40-56; 13,10-17; Marcos 3,1-6.
[6] Lucas 15,11-32; Mateo 20,1-16.
[7] Marcos 8,27-33; 9,30-37; 10,32-45.
[8] Juan 10,1-18; 13,1-15,27; 18,1-19,24.
[9] Juan 20,11-18; Lucas 24,13-35; Juan 20,19-29; 21,1-19.

miércoles, 25 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (25 DE FEBRERO DE 2009)

COMUNIDAD
  •  Todas somos responsables de la comunidad, de cada hermana. Sirve, que para esto fuiste llamada.
  •  Respeta a las hermanas profunda y sinceramente para crear comunidades auténticas y
    adultas.
  • Acepta a las hermanas tal como son, tienen derecho a ser distintas.
  • Alaba con naturalidad las cualidades de las hermanas. Haz de esta celebración objeto de oración.
  • Cultiva la educación en las relaciones interpersonales: pide por favor, da gracias, solicita perdón.
  • Acoge, estimula, ayuda, sonríe, alienta, aplaude a los miembros del grupo. La corrección fraterna sólo tiene sentido en ambientes de amor.
  • Sé tú misma, auténtica, transparente. No permitas la doblez y la falsedad. La sinceridad edifica la comunidad y abre nuevas posibilidades de convivencia.
  • Vive las alegrías y tristezas del grupo como tuyas. Cultiva la actitud de la solidaridad.
  • Procura amar y servir sin exigir devoluciones. Actúa con gratuidad y sencillez.
  • Acepta y ama a cada una por ellas mismas. Interésate continuamente por las hermanas.
  • Esfuérzate por comprender, perdonar y olvidar los roces malentendidos de cada día. Son inevitables pero es malo rumiarlos.
  •  No dramatices los pequeños roces de cada día. Usa el humor para no tomar demasiado en serio las pequeñeces humanas.
  • Acoge al otro metiéndote en su piel. Vive unida a los miembros de la comunidad en actitud de fe.
  • Cultiva el buen humor, la alegría, el optimismo, la esperanza y coopera con el bienestar de la comunidad.
  • No critiques a las hermanas y, menos, a la espalda. No airees los defectos a menos que pueda ayudar a mejorar.
  • Cultiva la apertura para que la comunidad no sea un ambiente cerrado y sin perspectivas.

lunes, 16 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (OCTAVA SEMANA)

CONSTITUCIONES Y REGLAS

Madre Paz de Moraza escribió el libro Origen y Espíritu, en el que habla del comienzo de la Escuela Pía, la partida de nacimiento y de bautismo de nuestro Pío Instituto tanto del prólogo como del capítulo duodécimo, que hace de conclusión, podemos entresacar algunos aspectos fundamentales que hoy siguen siéndolo como lo eran en el principio del Instituto:
  • Dios nos consagra y nos santificamos en el ministerio de la enseñanza;
  • En ninguna época ha faltado Cristo, verdadero fundador de las Escuelas Pías;
  • Nuestra vocación no está definida, es preciso explorar en la oración todos los días la voluntad del Señor;
  • Si nos separamos del espíritu original, nos apartamos de nuestra vocación, si olvidamos nuestra tradición y nuestro origen, renunciamos a la razón de ser de nuestro Instituto y perdemos la referencia eclesial
Estos días han sido densos, de reflexión y de trabajo intenso. El trabajo de estos días sobre el texto de las Constituciones se ha enriquecida con la experiencia que cada una tiene intentando hacerlas vida.
Hemos descubierto la riqueza y la continuidad entre el Evangelio y las Constituciones y la posibilidad de orar con las Constituciones y de convertir las Constituciones en oración.
Dentro de las Constituciones hemos comentado los puntos fundamentales que sitúan al Instituto en la Iglesia, que nos ayudan a vivir la fraternidad en el seguimiento de Cristo en Comunidad y que se expresan mediante la vivencia de los votos y en nuestra misión en la Iglesia.
Como en el tema de la Oración, María también es una figura fundamental en nuestras Constituciones, terminamos el trabajo de estos días orando distintos textos de los Santos Padres y de las Constituciones.
Lo reflexionado durante estos días nos da pistas para responder cada día a la llamada que Dios nos hace.
¡¡GRACIAS, SEÑOR, POR LA VOCACIÓN ESCOLAPIA!!

sábado, 14 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (SÉPTIMA SEMANA)

ORACIÓN ESCOLAPIA

Tenemos una gran historia que construir, no podemos quedarnos en lo que fuimos. Estos días hemos contemplado el camino seguido por Paula Montal, hemos mirado con cariño y gratitud nuestra tradición de mujeres orantes y hemos tratado de potenciar nuestro modo de oración de modo que nos lleve a ser místicas y profetas.
La oración es una relación con nuestro Dios en la que acogemos su mirada de amor que transforma nuestra vida, en la que aprendemos a mirarnos y a mirar como nos mira Dios, en la que aprendemos a amarnos y a amar como nos ama Dios, en el que descubrimos donde está nuestro verdadero valor y el valor de cada ser humano; es un encuentro que transforma, la intimidad supone autenticidad; oramos en ambiente de fe, que es fiarse y adherirse a alguien, conscientes, estando despiertos y atentos. La persona mística es aquella que vive el misterio, el sentido de la vida, la mística cristiana es vivir el misterio de la vida desde Dios.
Orar es distinto que rezar. Dos ejes importantes de la oración son la consciencia y la fe. La responsabilidad de la propia formación es de cada una, pero no podemos olvidar que la oración es don de Dios, que es el Espíritu quien ora al Padre en nosotras y hace que nuestra vida se vaya transformando según Jesús.

CAMINANDO CON MARÍA

Madre Paula aprendió de María a orar y a ser  maestra de oración. María es central en la experiencia cristiana en relación a Jesús. Dios la fue preparando a lo largo de su vida para lo que le va a pedir después.
Madre Paula no sólo aprendió el amor entrañable a la Madre de Dios en su familia y en su pueblo. Su encuentro con Calasanz alimentó y afianzó esta dimensión en ella.
La escolapia tiene que…
ü tener devoción a María,
ü acudir a la Virgen,
ütener a María como modelo,
ü imitar a María en su silencio,
ü imitar a María en su humildad,
ü  imitar a María en la unión fraterna.
El Régimen Interior indica que al ingresar una joven al postulantado, la Maestra de postulantes o de Novicias la lleva a la capilla para presentarla a la Santísima Virgen y ofrecérsela a su servicio y se dice una oración dirigida a Jesús, a María y a Calasanz en la que la postulante pide, entre otras cosas, como ellas (vuestras hijas) me consagro hoy a vuestro santo servicio.
A las novicias les indica que, en la Visita a la Santísima Virgen, den cuenta a nuestra divina Madre de todo lo que les ha sucedido durante la semana; comuníquenle las penas y alegrías; pídanle que les conceda la gracia de ser sus verdaderas hijas que les enseñe a conocer y a amar a Jesús.

LA DEVOCIÓN MARIANA HOY

En nuestra oración nos dirigimos a Dios Padre o a Jesucristo por medio de María. María ha sido propuesta siempre por la Iglesia como modelo, para que los fieles la imiten porque…
ü en sus condiciones de vida ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de Dios,
ü acogió su Palabra y la puso en práctica,
üsu acción estuvo animada por la caridad y el espíritu de servicio.
ü fue la primera y más perfecta discípula de Cristo.

VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS

Para Paula Montal orar era mantenerse todo el día en la presencia de Dios y buscar algún “ratito” para conversar con el Esposo, para recrearnos con Él. Las primeras escolapias mantenían la conciencia amorosa de la presencia de Dios, de lo que ya es, de que Dios está, en medio de los trabajos cotidianos de la escuela. La mejor pedagogía es aquella que nos lleva al encuentro con Jesucristo, aquella que hemos de practicar para acercar mejor a los niños a Dios.
Madre Paula era una mujer enamorada de dios, cuyo anhelo era unirse con su Amado y es desde este deseo de su corazón desde donde vive los pequeños detalles de la vida diaria, todo era ocasión para elevar el corazón a Dios; ella decía:En la oración de la mañana hemos de procurar encender el braserillo del amor de Dios y conservando el rescoldo durante el día, basta en la oración de la tarde apartar las cenizas para que arda de nuevo.
En la visita a Jesús sacramentado y a la Santísima Virgen que realizaban diariamente, la visita además de rezar por las niñas, renovaba los votos. Se recomienda, entre otras cosas, ser fieles a la oración, al tiempo señalado en las Constituciones y que la motivación sea Dios.
Dios no llama a los capacitados, capacita a los que llama, por eso al final del día hemos de tomar conciencia de lo que Dios ha hecho conmigo en el día que termina, es releer la historia bajo la mirada amorosa de Dios.

CUIDAR EL ENCUENTRO

La oración hay que cultivarla, toda semilla lleva en sí todo lo necesario para germinar y dar fruto, pero necesita de la mano de un labrador que la plante, la cuide, cave alrededor de ella, la riegue, la acompañe en su desarrollo hasta que llegue a ser lo que está llamada a ser. ¡Lo que soy, eso quiero ser! Como escolapias estamos llamadas a cultivar la semilla de la oración que Dios ha puesto en nuestro corazón y también a acompañar a los niños, jóvenes, familias, etc., para que en ellos llegue a plenitud el don que Dios les regala. Estamos llamadas a ser mujeres orantes y maestras de oración pues todo lo que se hace en la Escuela Pía repercute en la educación.
El Régimen Interior decía que la oración es un medio, el más poderoso, para adquirir las virtudes del profesorado, triunfar de los genios díscolos y practicar con grandes ventajas el magisterio. La oración, el estudio de los libros pedagógicos y los consejos de los superiores son fuentes abundantísimas donde la Religiosa Escolapia hallará cuanto necesite para suministrar a sus alumnas el pan de la piedad y de la inteligencia, y llenar cumplidamente su preciso lema: Piedad y Letras.
En otro lugar decía: pídanle todos los días que nos alcance del Señor para todas y cada una de sus hijas, su verdadero espíritu de oración, humildad, sencillez y amor al trabajo. Hagánle también con frecuencia una súplica especial para que no desaparezca jamás en nuestra Congregación este espíritu que él mismo implantó al fundar las
Escuelas Pías
.

LA ORACIÓN EN LAS CONSTITUCIONES Y REGLAS

Las Constituciones no son una ley de observancia, ni una ley de justificación ni un camino perfeccionista. Son un proyecto de vida, un lugar de experiencia de Dios, un modo de encarnar el Evangelio al estilo de Madre Paula, un espacio para el discernimiento. Han de ser vividas como un camino donde la fuerza de Dios se refleja en la debilidad
del hombre.
Dios nos llama a seguir el camino descendente de Jesús, experimentar, a un tiempo, mi debilidad y la grandeza de Dios. La oración viene presentada como una comunicación, un diálogo, un encuentro permanente y activo entre la persona y la Trinidad. Las Constituciones y Reglas nos indican con muchas claridad cual debe ser el fin último de nuestra vida de oración: unirnos como hermanas para que nuestra vida llegue a ser una liturgia y así alcanzar con mayor plenitud la gloria de Dios y nuestra santificación.
En las Constituciones encontramos algunas actitudes:
§ confianza filial en Dios,
§ identificación con Cristo,
§ docilidad al Espíritu Santo,
§ dedicación a la Madre de Dios,
§ algunas virtudes características:  Piedad y Santo Temor de Dios, Pobreza y humildad, Caridad y paciencia, Entrega y abnegación, Diligencia y sencillez,  Amor y generosidad, Esperanza y alegría.
El principal fruto de la oración es el  conocimiento de Dios y de sus planes y la vida de intimidad con el Señor. Desde ese conocimiento y esa unión íntima, podemos aceptar en la fe todos los acontecimientos como regalos venidos de la mano del Padre y asociarnos al misterio redentor de Cristo.
Es necesario orar sin desfallecer, orar siempre, sin desanimarse; acoger y procurar momentos de oración. En la Eucaristía hay una llamada a vivir el misterio pascual de Cristo. La mirada del Padre sobre lo escondido nos vivifica.
En el Régimen Interior, las primeras escolapias daban algunos “Avisos que sirvan de norma para los Reglamentos Generales de Nuestros Colegios”, que hoy siguen de actualidad.
Elena de Francisco Jiménez, Sch. P.
Arenys de Mar,
12 de febrero de 2009

DÉJATE


Esta canción ha significado mucho estos días en Arenys de Mar, tanto como para decidirme a ponerle imagen y colgarla en el Youtube, espero que el Señor Jesús también te hable a través de ella.

DÉJATE

Hace ya tiempo que comprendí
Tú me buscaste en todas partes
la llama que un día empezó a fallar,
Tú no dejaste se apagase.


Yo no comprendo y digo ¿qué será?
será que estaba equivocada
y he descubierto que este loco está
de amor muriendo porque le ame


Yo no he querido saber más
de la locura que me late
pero la fiebre quiere regresar
y Él no dejó de predicarme.


Y Tú me dices…

Déjate, que te consuma este fuego
No apagues ya más esta hoguera
que si no hay fuego no habrá luz.
Créeme que estoy clavado
porque te amo,
No encontrarás en otro lado
quien quiera ya morir por ti.


No tengas miedo no te dejaré,
las veces que tú me reclames
yo gozo al ver que quieres regresar,
déjame que Yo te levante.


Señor no ves que quiero regresar,
pero me pesa mi pasado
acaso pides lo que no sé dar
el tiempo me ha secado el alma.


Tanto he besado el suelo ¿no lo ves?,
mis manos se han cerrado tanto
No te preocupes te rescataré
mi vida cambio por la tuya.


Y Tú me dices…

Déjate, que te consuma este fuego
No apagues ya más esta hoguera
que si no hay fuego no habrá luz.
Créeme que estoy clavado
porque te amo,
No encontrarás en otro lado
quien quiera ya morir por ti.

Déjate, que te consuma este fuego
no apagues ya más esta hoguera
que Yo encendí en tu corazón.

viernes, 13 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (SEXTA SEMANA)

LITURGIA

LA LITURGIA DE LAS HORAS

Detrás de cada manera de celebrar hay una espiritualidad. La oración litúrgica de la Iglesia se desarrolla de manera continuada a través del año litúrgico. El año litúrgicao puede dividirse en tiempos semifuertes, débiles, fuertes y fortísimos. Estos distintos caracteres de los tiempos litúrgicos se notan en los tiempos semifuertes y fuertes, en todos los textos y horas: en los himnos, las antífonas, las lecturas, las preces, etc. En cambio, en el largo Tiempo Ordinario, estas alusiones a la espera del Señor se ven más en el Oficio de Lecturas, en las oraciones finales de cada Hora y en la antífona del Cántico Evangélico de los domingos, ya que los demás textos están engarzados en un ritmo de cuatro semanas que se repiten cíclicamente.
Además del ritmo anual de los tiempos débiles y fuertes, la Liturgia de las Horas contiene un ritmo mensual de cuatro semanas.
Junto con el año litúrgico y el salterio mensual, la Liturgia comprende el recuerdo de los santos y de los hechos memorables de la vida del Señor, o de la Virgen, o de la Iglesia.
Los textos de dentro de cada semana también tienen su propio ritmo, que va de domingo a sábado recorriendo la semana el triple acento en el dolor del pecado, el silencio de la espera y la alegría de la salvación:
El domingo tiene un carácter glorioso siempre, incluso en Cuaresma, en recuerdo de la Santa Resurrección, recuerdo que no debe empañarse con ninguna penitencia ni dolor.
El lunes los salmos aluden generalmente a las contrariedades de la vida, la persecución, las dificultades.
El martes los salmos "responden" con acción de gracias al día anterior por la salvación providencial que Dios nos ofrece.
El miércoles tiene un carácter semipenitencial.
El jueves los salmos recuerdan la gloria que nos espera, generalmente aludiendo a Sión, Jerusalén, el Templo, etc.
El viernes tienen un carácter fuertemente penitencial, aunque a la noche culminan en acción de gracias por él.
El Sábado es un día de espera y silencio, y simultáneamente marianos (lo propio de la Virgen es precisamente su silencio expectante y esperanzado).
Dentro de cada día se suceden las Horas, que se dividen en dos: Mayores y Menores. Las Horas Mayores son las dos que contienen el Padrenuestro: Laudes y Vísperas, y que junto con la Misa dan su ritmo celebratorio de tres momentos fuertes en cada día: Laudes es oración de la mañana, sus textos aluden al día que comienza, con su esperanza y también con su desafío. Vísperas es oración del atardecer-noche, sus textos aluden al fin de la jornada activa, en la que hemos visto actuar en nuestra vida al Señor, por lo que hay un fuerte acento en la acción de gracias. Las Horas Menores son: Oficio de Lecturas, Hora Intermedia y Completas.

LA ORACIÓN DE SANTA PAULA MONTAL

Si no volvéis a ser como niños… no entraréis en el Reino de los Cielos. Esto es un don que recibimos. Hacerse como niños es vivir a la intemperie, el recuerdo de nuestras faltas nos lleva a no apoyarnos en nuestra fuerza, que es pura flaqueza y habla de flaqueza y de amor. El Reino viene a nosotros, se abaja y yo lo acojo por la misericordia de Dios. Si uno no quiere no entra en el banquete del Reino.
Si no volvéis a ser como niños…
…no entraréis en el Reino de los Cielos
 
Señor, grandeza de los humildes,
que elegiste a Santa Paula Montal, virgen,
para dar testimonio con su palabra y obra
de tu amor salvador a la familia y a la sociedad,
por medio de la promoción integral de la mujer
y de la educación cristiana de la niñez y juventud;
concédenos, por su intercesión,
imitarla en el seguimiento de Cristo Maestro
y llegar a los gozos eternos de tu Reino.
 
Elena de Francisco Jiménez, Sch. P.
Arenys de Mar, 7 de febrero de 2009

viernes, 6 de febrero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (QUINTA SEMANA)

CRISTOLOGÍA

 Jesús, como buen pedagogo, era un hombre que hacía preguntas, y así, haciendo preguntas comenzamos la cristología: ¿Cómo están mis relaciones con Jesús? ¿Qué le diría a Jesús si apareciera por la puerta? ¿Quién es Jesús para mí? ¿Cómo es Jesús?
La imagen de Dios va cambiando a lo largo de la historia del Pueblo de Israel, como lo va haciendo en la vida de cada persona que realiza un camino de relación con Dios que va madurando con el tiempo:

En el Éxodo, Dios sufre con los sufrimientos del pueblo y libera;

En el Sinaí Dios da una ley, hay un trato de Alianza; en el desierto, Israel es un niño y Dios cede a sus exigencias;

En el Deuteronomio el pueblo interpreta el mandato de Dios como salvación, Dios no manda recomienda “haz esto y vivirás”;

En la época de las tribus, de los jueces el pueblo quiere un rey y Dios se lo da, esta situación, aunque Dios no la quería le da la vuelta y la convierte en cumplimiento de las profecías, quieren un templo y aunque Dios no lo quiere, acepta y le da la vuelta y será lugar de encuentro para el Señor;

Cuando muere Josías, Israel pierde la teología del templo;

En el Exilio se hundió la concepción teológica de Israel, lo que significó el nacimiento de una nueva espiritualidad de los pobres de Yahvé;

En Ezequiel Dios establece una nueva alianza, es Dios mismo con su Espíritu quien transforma el corazón y pueden obrar con Dios según el Espíritu;

Los libros sapienciales parten de la experiencia y releen lo acontecido, en el Génesis Dios sale a encontrarse con sus hijos, es alguien cercano. El hombre se esconde de Dios porque ha cambiado la imagen que tiene de Él, tiene vergüenza de ser como es;

El libro de Rut es un alegato a la bondad de las mujeres extranjeras, el Dios de Israel es también el Dios de los extranjeros;

En el libro de Jonás Dios es clemente, compasivo, paciente y generoso, Dios se preocupa por los extranjeros y por los enemigos de Israel, aunque el profeta no entiende el proceder de Dios;

El libro de Job es el libro del hombre que mantiene la fe y no maldice a Dios;


      Los profetas expresan el amor de Dios con lenguaje esponsal.

La pregunta ¿QUIÉN ES JESÚS? es la pregunta fundamental. El Resucitado explica las Escrituras y su sentido y les dijo dónde se habla de Él. Los Evangelios son interpretación de Jesús a partir del Antiguo Testamento, Jesús nos ha dicho qué cosas son importantes y cuáles no; Nuestra lectura cristiana de la Biblia tiene como referencia la lectura que ha hecho Jesús pues Jesús relativiza unas cosas y resalta otras.

La pastoral de Jesús consiste en vivir, nuestra pastoral fundamental debería ser la vida fraterna. Toda su vida es mensaje. El mensaje fundamental de Jesús es el Reino de Dios, esto es Dios mismo a través de Jesús.

Dios se manifiesta en Jesús y eso da felicidad. Evangelizar es alegrar, cuando el Reino llega con lo que hace Jesús la gente se alegra. También se manifiesta por un nuevo modo de relación fraterna, de aceptación de todos, de hermanos diferentes y corresponsables. Es gratuito, no merecido. No podemos decir lo que es, sólo que “se parece a…”, es algo dinámico,
Dios en acción se manifiesta, la acción que narra la parábola manifiesta lo que es el Reino de Dios.
El Reino de Dios se manifiesta en las curaciones, las comidas y las parábolas. El hecho de que Jesús cure es signo del reino prometido, la mayoría de las curaciones están hechas por compasión y la fe es el elemento fundamental. Jesús se encontró con ambiente pesimista, estaban convencidos de que las personas eran enfermas por su pecado y vivían culpabilizados, Jesús daba confianza a las personas, decía que los pecados estaban perdonados, alimentaba su fe y esa fe hacía crecer la confianza en las personas.

Jesús, como decía al comienzo, es un hombre que hacía preguntas, no quiere imponer nada, pretende cuestionar, invitar a que el otro descubra la verdad. La mayoría de las parábolas están introducidas por una pregunta. Las parábolas son historias que contienen temas profanos, cotidianos, que afectan a las personas. No tiene consideraciones morales, pretende hacer caer en la cuenta de lo que interesa más. Se dirigen a la buena voluntad del interlocutor, pretenden que las personas se impliquen y cambien. Transparentan la forma como Jesús trata a las personas y la imagen que tiene Jesús de Dios: el único que da el ciento por uno es Dios, nadie paga lo mismo a los primeros trabajadores que a los últimos y les da todo el jornal, ningún padre actúa como el padre de la parábola del hijo pródigo, la única justificación que Dios da para amar a los enemigos es que su Padre hace salir el sol sobre buenos y malos.

Hoy se actualizan muchas preguntas que Jesús hizo y que son importantísimas para el
seguimiento:

Como al paralítico de Betesda: ¿Quieres  curarte?

Como al endemoniado de Gerasa: ¿Cómo te llamas?


      Como al guarda de Caifás: ¿Por qué me pegas?

Hacer preguntas es una costumbre a lo largo de toda la Biblia: Dios a Adán: ¿Dónde estás? A Caín: ¿Por qué te irritas?

El origen de nuestra Eucaristía son las apariciones con el Resucitado, es una acción dinámica de dar gracias.

Jesús escoge doce discípulos por las doce tribus de Israel, se encuentra una situación de tribus dispersas, reuniendo a los discípulos, que son tan distintos hace parábola de la reunión de las tribus dispersas que el mesías prometido tenía que traer. Jesús los reúne para que se reconcilien, Él nos reconcilia cargando con las culpas que no son suyas, esta es la manera de poner paz en la comunidad. También estaban las mujeres y otros discípulos que lo habían dejado todo para seguirle, otros discípulos que vivían en su casa. Jesús explica las parábolas a los discípulos, les pregunta cómo les ha ido, así los va formando. En cada ocasión utiliza una pedagogía adaptada a cada necesidad.

Jesús, en el Sermón de la Montaña propone la creación de una comunidad contrastante que se caracteriza por la renuncia total a la violencia, por el no poder, por la reconciliación incondicional y por una confianza sin reservas. Jesús insiste en la renuncia a la violencia porque no se puede vivir sin perdonar, estamos hechos para el amor, para vivir como la Trinidad, en comunión fraterna, lo justifica de esta manera porque Dios es así. La reconciliación incondicional es mucho más importante que la ofrenda, no es un mandamiento más, es el objetivo fundamental de la sociedad contrastante de Jesús. Este es el núcleo de la vida cristiana. La confianza sin reservas porque aún siendo itinerantes no va a faltar nada
Como a María Magdalena: ¿Por qué lloras?
En el libro de Qohelet madura la experiencia de Dios: “teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser el hombre cabal” (Qo 12,13)

domingo, 1 de febrero de 2009

CADA DÍA

Cada día
hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día siguiente. 
 
Cada día,
pensemos que es el primero,
para vivirlo con sorpresa;
y el último,
para aprovecharlo como nuestra última oportunidad.
 
Cada día,
busquemos nuestra felicidad
haciéndo más feliz a algún otro.
 
Sembremos
una semilla
de cuyos frutos podamos vivir al día siguiente.
 
Renovemos
nuestro corazón de tal manera
que no quede amargura alguna para el día siguiente.
 
No guardemos
nuestras sonrisas de hoy para mañana.
 
Sólo podremos sonreír mañana,
si hemos sonreído hoy.

sábado, 31 de enero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (CUARTA SEMANA)

MORAL

La moral cristiana consiste en vivir según el Espíritu, no según la dimensión de lo humano que no se deja guiar por el Espíritu. Jesús nos ha revelado el Espíritu de Dios; el pecado es no ser como Jesús, no vivir las actitudes y valores que vemos en Jesús, no vivir según el Espíritu, es decir, vivir de acuerdo con nuestros propios gustos o tendencias: ansia de tener, ansia de poder, ansia de placer, que, si bien son naturales, el Espíritu nos va ayudando a comprender que han de ser guiadas por él para no absolutizarlas.
La moral cristiana no es lo legal, lo que está permitido por ley, no equivale a lo socialmente admitido por la mayoría, no equivale a lo intuido psicológicamente, a la opinión, no es lo religioso, pues la fuente de la moralidad es anterior a la religión. Lo ético es la defensa de la bondad que se basa en el ser humano, de la verdad ontológica del ser humano.
El mal de este mundo nos deshumaniza, no satisface a la gente, creyentes, no creyentes, creyentes no practicantes, etc. todos están de acuerdo en la calificación del mal y del bien. El bien nos hace humanos y también nos hace felices; en eso consiste la educación, en superar el mal para descubrir el bien, porque queremos que la gente sea feliz. La verdadera conversión no es un cambio cuantitativo sino cualitativo, no consiste en bajar el volumen sino cambiar el canal. Todos los antivalores se reducen al desamor y todos los valores se condensan en el amor. El bien es la humanización, la felicidad y el amor.
El cristiano descubre en Cristo, nuestro Señor, el ideal, el maestro, el modelo de los verdaderos valores que nos humanizan y nos dan la felicidad. La fe es aceptar lo no evidente, es creer que estos valores se han realizado en Cristo y esto se refleja en un comportamiento. El núcleo del mensaje cristiano es que Dios es amor y yo sólo puedo amar como Él amó, son
la vía por la cual Dios transmite el amor a los hermanos, si yo me niego a amar a un hermano el amor de Dios no puede llegar hasta él; podemos limitar la capacidad infinita de amar de Dios si negamos el amor al hermano. 
Este ideal es imposible vivirlo sin la ayuda y la gracia de Dios. La Iglesia es la comunidad, que, gracias al Espíritu Santo descubre en Cristo los valores que Dios ha pensado para la humanidad.

lunes, 26 de enero de 2009

PALABRAS QUE SE HACEN VIDA (TERCERA SEMANA)

VIDA RELIGIOSA

Nuestra identidad es una realidad compleja que se configura de dentro hacia fuera: soy una persona humana que desea ser como Jesús, vivir al estilo de Jesús y de Santa Paula Montal. La identidad de la vida religiosa consiste ofrecer una expresión vivida del destino de todo ser humano ya que cada uno descubre su identidad en la respuesta a la invitación de Dios a compartir la vida divina. Nosotros estamos llamados a ofrecer una particular y radical respuesta a esa vocación renunciando a cualquier otra identidad que pueda seducir nuestro corazón. Lo más importante que tenemos que ser en la Iglesia es ser signo, vivir los valores de Jesús de forma visible. Toda la Vida Consagrada debe ser hoy “signo y profecía del Reino ya presente”, practicando la justicia, amando la fidelidad y caminando humildemente con Dios. (Miqueas 6,8).
Vivimos el amor de una manera alternativa, este es nuestro celibato. Hemos hecho un compromiso de amor total a Jesucristo, porque se nos ha dado a entender que esa es la voluntad de Dios, por eso hay que cultivar la amistad con Jesús de manera progresiva, aficionarse a Él.
¿Qué nos ayuda a irnos haciendo célibes? Para vivir el celibato se necesita madurez; un medio muy importante es el acompañamiento; es necesaria la relación con Jesús, el vivir en comunidad, la misión, la entrega en fecundidad y las relaciones de amistad. Ayudan mucho
las crisis
[1]. Una consecuencia de este irnos haciendo célibes es la alegría, por eso, cuando no estamos alegres es preciso buscar acompañamiento y ponernos ante el Señor. Todo taxi libre tiende a ocuparse, por eso hemos de vivir unas relaciones humanas cordiales, en gratuidad, pero como una mujer bien casada.
Dios nos ha hecho necesitadas, pero nosotras, por la alegría de haber encontrado el tesoro que es Jesús, para seguirle, elegimos una vida pobre, sencilla, sobria, comprometida por los pobres y hemos hecho la opción de la comunión solidaria de bienes, de utilizar los bienes pero no tenerlos como propios; de esta manera nos vamos haciendo pobres y vamos compartiendo los bienes con los empobrecidos, con los
que no cuentan. Sólo se puede vivir desde la fe, con una actitud de abandono y
confianza en Dios y produce la verdadera alegría en el fondo del corazón
Sólo se puede ser obediente cuando se es libre. Cuando una persona descubre que en el fondo de su corazón desea a Jesús y a su Reino, afirma que quiere vivir dentro de este proyecto; es lo que llamamos fe, y es una opción. La persona tiene que buscar la voluntad de Dios, para eso tenemos mediaciones: la conciencia, los acontecimientos, la Iglesia, la Palabra,… Las personas, en la Vida Religiosa, además de éstas añadimos como mediaciones el carisma, las Constituciones y Reglas, el Proyecto Comunitario y nuestros superiores y comunidades.
Creer que Dios tiene un plan para mi Congregación y para mí, que ese plan de Dios puede ser conocido, tener un apasionamiento por la voluntad de Dios hasta que lleguemos a ser como Jesús, esta búsqueda supone la súplica continua: Señor, dime tu voluntad, liberar el corazón y utilizar las mediaciones y aceptar en fe lo descubierto, son actitudes personales para vivir en la obediencia
La obediencia también tiene una dimensión social, la obediencia es fraterna ya que nos encontramos con un grupo de personas que, cada una, hemos acudido por la relación con el Señor y ha decidido seguirle.
Los rasgos de la comunidad son circularidad, discernimiento e itinerancia. La circularidad consiste en que el centro de la comunidad es Jesús, este centro nos atrae a todos los miembros de la Comunidad y nos hace girar en torno a él de forma interdependiente. El Proyecto Comunitario es la mejor forma de corresponsabilidad, es la búsqueda conjunta.
Como el centro de la Comunidad es Jesús, somos comunidades creyentes que estamos llamadas a seguir a Jesús, nuestra vocación es convocación, por eso es necesario el discernimiento en todo lo que se refiere a la vida y la misión, la búsqueda conjunta de la voluntad de Dios. El gran discernimiento es el Proyecto Comunitario.
Somos comunidades itinerantes, somos caminantes. Es un elemento de la fe y una consecuencia del seguimiento de Jesús. Tenemos la tentación del sedentarismo, por eso hemos de estar permanentemente en movimiento, abiertas a lo que el Señor quiere de nosotras, esta es la obediencia, la fidelidad está en el corazón,
Hemos experimentado que el estilo de vida de la Vida Religiosa nos ayuda a seguir a Jesús, por eso nos comprometemos a Él y somos consagradas en la Iglesia, ungidas por el Espíritu Santo y envidada a ser signo, memoria de Jesús. El compromiso de nuestra parte y la consagración de Dios da una nueva identidad creyente y consagrada. Hacemos los votos según unas Constituciones, esto nos proporciona pertenencia y raigambre, después de pronunciar los votos ya no nos pertenecemos, ya nos hemos entregado.
La comunidad es una dimensión esencial de nuestra vida, nos vamos haciendo hermanas. Construir comunidad es un reto, porque hay dificultades: somos diferentes en ideas, cultura, carácter, etc., estamos en proceso, tenemos inmadureces, somos pecadoras, tenemos debilidades, tenemos relaciones de poder, pero la dificultad mayor es que a veces Jesús no es el centro de nuestra comunidad.
Para construir comunidad son necesarias la acogida, la comunicación, la corresponsabilidad y la misión en común. La acogida es necesaria ya que ni nos escogemos ni nos hemos elegido, nos encontramos y nos acogemos, porque es una opción libre, con compasión, reconciliación y servicio y la comunicación es indispensable para hacernos hermanas, hemos de mantener en tensión la comunicación y el silencio, esto es lo que ocurre en el diálogo, que produce encuentro y acercamiento, ya sea en las reuniones comunitarias o en el diálogo en fe.
La fraternidad es posible, estamos hechas a semejanza del Dios trinitario, en nosotras hay una huella de vivir en armonía; el centro de nuestra vida es Jesús que nos llama, nos mantiene unidas al reunirnos y está siempre intercediendo por nosotros; somos consagradas por el Espíritu Santo que nos va capacitando para un amor superior a nosotros; la Eucaristía es la gran mediación hacia la utopía que nos impulsa hacia adelante.
La misión es el tema clave de la Vida Religiosa pues ella misma se hace misión, es la razón de ser y el estímulo de la fidelidad. La misión de la Vida Religiosa es ser signo evangélico de que Cristo está hoy vivo y presente. La vida se hace misión, la misión no es sólo lo que hago, sino que toda mi vida tiene un matiz de ofrenda; para cumplir la misión nos servimos de plataformas de misión.
No podemos identificar trabajo y misión, cuando el trabajo está atravesado por la fe se convierte en misión. La misión es un desbordamiento de la fe, Jesús, que es el Hijo enviado, es el que nos envía, el sentido de la misión es un impulso del Dios vivo para que todos tengan vida abundante. Nos convierte en instrumentos del Espíritu Santo, somos profesionales de lo que hago pero no puedo abrir el corazón, es lo tiene que hacer el Espíritu Santo. El estilo de Jesús es la marca de calidad, la fe afecta a mi persona. El objetivo es el Reino, con la misión pretendo que conozcan el proyecto de Dios. Siempre estamos en misión.
La Eucaristía es hacer de la vida una ofrenda, como hizo Jesús. Jesús, al celebrar la Última Cena, quiso hacernos capaces de seguirle y de vivir como Él. La entrega de la vida es como el pan que se parte y como el vino, debemos “hacer lo mismo”, es decir, entregar la vida. Los primeros cristianos se reunían a partir el pan, es el Sacramento de nuestra fe, lo que Jesús vivió y lo que también nosotros queremos vivir nosotros; en la Eucaristía ofrecemos lo que pasa en el mundo, los gozos y sufrimientos, también ofrecemos nuestra “vidita”, la vida de la mañana a la noche. El sacerdote pide que el Espíritu Santo se derrame sobre todo lo ofrecido y se convierta en el cuerpo y la sangre de Jesús. Hemos de hacer de la vida Eucaristía.

[1] En chino la palabra “crisis” (危机) es un concepto combinación de dos caracteres. El primero (Wēi ) significa “peligro” y el segundo (Jī ) es traducido entre otras acepciones como “oportunidad”. En todo peligro existe una oportunidad.