Desde hace un tiempo voy acostumbrándome a que cada cosa que pasa, me pasa, que no es cuestión de echar balones fuera sino de asumir "la parte" que me toca...
... que a veces tengo las anteojeras puestas y, en el empeño por crecer y por salir de mí misma, voy arrastrando a la gente que tengo cerca,
... que las palabras tienen un significado más allá de los fonemas y que al leerlas añado la impresión que tengo dentro,
... que a veces soy injusta porque no pienso de verdad lo que escribo o lo que dijo, sino que lo dejo salir como un torrente,
... que me falta sabiduría de la vida porque, sin quererlo, me he acomodado a una estructura que me aseguraba una seguridad que ahora empieza a resquebrajarse y eso me asusta,
... que no me gusta que se agriete la coraza de perfección y control que me he ido fabricando para protegerme y sobrevivir pero reconozco que es el único modo de sentir el sol y la brisa que la vida trae.
Sigo caminando, a veces a tropiezos, hoy, sólo por hoy, porque pretender tener más perspectiva es una ilusión y deseo no cargar a nadie con el peso que sólo yo he de llevar.
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