domingo, 31 de octubre de 2010

SIEMPRE ERES TÚ

Siempre eres Tú el primero. Ya me has dicho muchas veces que no te buscaría si no te hubiese encontrado.
Eres el amigo de la vida y del perdón que infundes un soplo incorruptible de vida a todo lo creado. No hay situación que no sanes Tú.
Todo subsiste porque Tú lo quieres, conservas su existencias porque continuamente llamas a todo a la existencia.
Todo es don tuyo, también la conversión (no sólo el perdón) es don tuyo.
Tú tienes siempre la iniciativa, “te compadeces de todos… cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan… a todos perdonas, porque son tuyos… corriges poco a poco a los que caen, a los que pecas les recuerdas su pecado, para que se conviertan y crean en Ti”
¡¡GRACIAS POR SER TÚ!! ¡¡SIEMPRE TÚ!!

viernes, 22 de octubre de 2010

PERMANECE EN MÍ

PERMANECE EN MÍ.
Aunque te cueste.
Aunque no aguantes más.
Aunque te llenes de desesperanzas.
Aunque pienses que no conduce a nada.
Tú PERMANECE EN MÍ.
Precisamente.
Porque te cuesta.
Porque no aguantas más.
Porque te llenas de desesperanzas.
Porque a veces piensas que no conduce a nada.
Tú confía y PERMANECE EN MÍ.
Sencillamente.
Para que no te cueste.
Para que puedas aguantar el peso.
Para llenarte de esperanza.
Para saber a dónde conduce esto.
Simplemente.
PERMANECE EN MÍ.

domingo, 17 de octubre de 2010

PERMANECER

Permanecer con la esperanza puesta en Ti porque sé que Tú me sostienes y quieres entrar en mi corazón.

Permanecer aunque sienta que no estás, aunque parezca que todo se ha diluido a mi alrededor.

Estar en Ti, porque no puedo estar en ningún otro sitio, porque sólo en Ti me encuentro segura.

Y descansar en Ti y regalarte lo que me preocupa para que Tú lo cures, lo levantes, lo resucites.

Deseo estar en Ti porque en Ti lo encuentro todo, aunque a veces no lo busque en Ti y vaya vendiendo mi corazón, malgastándolo poco a poco, derrochando todos los talentos.

Me voy quedando vacía, sin llenarme de Ti, siendo esclava de mí misma y de otros.

Me siento como una marioneta que se deja llevar según va el viento, según quien mueva los hilos.

Pero yo quiero ser Tu marioneta, saberme en Tus manos, movida sólo por Ti.

Hacer a otros sonreir y transmitir sólo lo que Tú quieras que transmita.

Ser transparente y dejarte pasar por mí, como una vidriera llena de colores que se ilumina con la luz del sol, que eres Tú.

Contarte aquello que se mueve por dentro porque Tú lo mueves o porque no estás.

Pero… ¿Cómo contarte tantas cosas? si no tengo palabras para contármelas a mí.

…¿Cómo contarte de mi frustración, mi vacío y mi insatisfacción? si nada es mío y todo es tuyo, si yo soy nada y Tú todo.

…¿Cómo contarte que no soy mejor? cuando Tú me has seguido durante todo el camino y me has visto avanzar y retroceder, caerme y levantarme con heridas en las rodillas. Me has visto seguir en el camino atendiendo y curando mis heridas, queriendo cuidar para que no se me infecten, queriendo dejar que las cures Tú, pero echando, a veces, veneno en ellas.

¿¡Cómo contarte que en el fondo soy feliz!?… sólo me basta pensar que Tú me elegiste a mí.

sábado, 16 de octubre de 2010

EN EL SILENCIO

Cuando llega el silencio, me doy cuenta de que me estás esperando, siempre has estado ahí, aunque yo aún no había llegado a casa tú ya estabas en ella. Te has puesto cómodo y me has observado fijamente, con tus ojos que sólo saben amar y te has preguntado cuánto tiempo tardaría en volver esta vez. ¿Cuánto tiempo podrías esperarme despierto? ¿Setenta veces siete, como en la parábola de los retornos? Cada vez que me extravío mandas a buscarme y me susurras flojito al oído que ya me estás esperando, y, a veces me ocurre como a los niños que juegan en el parque, que siempre les parece pronto cuando les llaman. Y regreso cansada, siempre cansada, desencantada porque no te he encontrado fuera, como San Agustín, he tardado en buscarte dentro y aún habiéndote encontrado se me olvida dónde sueles estar.

jueves, 14 de octubre de 2010

"¡TÚ ME SONDEAS Y ME CONOCES!"

Señor, Dios mío, Tú me sondeas y me conoces.

¿Qué sé yo de mí misma? Tanto ir y venir, escalar los cielos  y bajar al abismo, interpretar la vida y saborearla ansiosamente, cazar sueños y vuelos vertigionosos y buscar la verdad oculta, el rostro interior de las cosas, aspirar a Ti, Señor, tener hambre de Ti, apasionadamente, y sentir el peso de mi egocentrismo torpemente feroz…

Tú me sondeas y me conoces.

Aquí tienes mi corazón, Dios mío. ¿Cómo entregártelo gozosamente, como un niño, con la dulce sensación de quién, por fin, descansa? Está en tus manos, temblando como un pajarillo. Trátalo bien, Señor, con la ternura infinita de tu mirada, pues sólo Tú puedes atraer y liberar, apaciguar sus deseos e infundirle fuego de amor eterno, Tú que sondeas el corazón y las entrañas, y lo renuevas todo en un instante.

Aquí estoy, Séñor, Dios mío, aquí estoy…