Hoy he llegado a casa más tarde que otros jueves.
He salido, he preguntado por alguien... pero no estaba, así que me he dirigido hacia la biblioteca a devolver un libro...
De nuevo, la brisa en la cara, disfrutar de lo que es caminar, sabiendo que tengo todo el tiempo del mundo para hacerlo... camino de casa he ido a casa de una amiga... pero tampoco estaba... le han buscado... pero no había llegado aún.
Llegado a un punto... las tiendas, las calles, lo habitual de algunos días... de nuevo he entrado a ver a Alguien, poco tiempo, visita corta... he llamado al timbre de casa y me han abierto...
Y hoy, he sentido que alguien me esperaba desde hacía tiempo, no quería nada, porque sabe que los jueves llego antes; me lo ha hecho notar, no para indagar, sino porque se ha interesado por la causa de mi tardanza... le he explicado, hemos hablado, comentado aspectos del día, del colegio, de las compañeras... Hoy he pasado por la misma calle que antaño... esta vez sola, con mis pensamientos y mis recuerdos... y les he recordado, de diferente manera, pero sí, a los dos, y ella, sin saber por qué ha conectado con ese recuerdo, que me ha devuelto al llegar a casa.
Quizá mañana encontremos un huequito para abrir el corazón y para compartir lo que ha supuesto algo tan cotidiano como es una palabra de acogida
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